Donde no hay nadie no hay diablo

  • Roberto Ruiz Capellán Universidad de Valladolid, España
Palabras clave: literatura medieval francesa, demonios

Resumen

La ponencia parte de la sospecha de que el demonio no mora en el desierto, como suele afirmarse, sino en lugares habitados, de forma que se diría que donde hay un humano no anda lejos el diablo. No importa que no se exprese su presencia: doquiera que haya vicio, tergiversación, malicia, allí está. La literatura de ficción, la retórica son obra del maestro del engaño y del maquillaje; no digamos la risa, el escarnio, la parodia, que desacralizan lo santo y la virtud y trivializan la maldad y la hacen divertida. Por supuesto, se esconde tras cualquier manifestación de la soberbia, la desmesura, la rebeldía, en las creencias y prácticas idolátricas, y hasta en los alimentos, y en cualquier mínimo placer, que no hay placer inocente. En pos del diablo se expurgan muchas obras principales de la literatura francesa del periodo (Roland, Raoul de Cambrai, Tristan, Jeu d’Adam, Miracle de Théophile, Queste, Renart, Rose, etc.) y otras, para terminar con un análisis de dos relatos de la mujer serpiente, la Mélusine de Jean d’Arras y Le Paradis de la Reine Sibylle de Antoine de la Sale.

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Publicado
2003-01-30
Cómo citar
Ruiz Capellán, Roberto. 2003. Donde No Hay Nadie No Hay Diablo. Cuadernos Del CEMYR, n.º 11 (enero), 237-76. https://www.ull.es/revistas/index.php/cemyr/article/view/4092.
Sección
Artículos