El presente proyecto tiene como finalidad última facilitar intervenciones de bajo coste orientadas a la recuperación y mejora de parques y jardines en las Islas Canarias. De manera general, la rehabilitación de un espacio público implica la ejecución de un proyecto que tendrá un coste elevado en recursos humanos y económicos. Existen numerosos espacios infrautilizados que, sin embargo, no son recuperados como consecuencia de esa de esta falta de recursos. Los parques y jardines infrautilizados se pueden beneficiar de intervenciones minimalistas con un coste y un tiempo de ejecución reducidos, siempre que las intervenciones estén bien definidas y orientadas.
Para ello, se pretende desarrollar un protocolo basado en las características necesarias tanto estructurales como funcionales para que un espacio público sea atractivo a los/as posibles usuarios/as. El protocolo incluirá una primera sección de evaluación del espacio y una segunda sección con recomendaciones específicas según los diferentes resultados obtenidos en la evaluación.
Algunas de las características centrales del protocolo es que estará guiado por el comportamiento, es decir, se basará en el uso que los/as usuarios/as hacen del espacio. Además, el protocolo pretende tener un papel de conector entre el conocimiento de las ciencias sociales con el conocimiento de las ciencias del diseño y de la construcción. Igualmente, tanto la sección para la evaluación del espacio como la sección con recomendaciones deberán ser aplicables por cualquier persona involucrada en tareas de urbanismo en espacios públicos. Finalmente, otra de las aportaciones del proyecto es ayudar a que comunidades con recursos limitados puedan beneficiarse de intervenciones mínimas en parques y jardines que están siendo infrautilizados por la población.
La sección de evaluación del protocolo se elaborará a partir de las dimensiones asociadas con la calidad ambiental de parques y jardines, teniendo en cuenta los elementos estructurales presentes en el lugar que permiten el desarrollo de actividades, tanto individuales como sociales, así como los elementos asociados con la calidad, atractivo y variación de las estructuras presentes. Atender a las características del espacio público tanto estructurales como de calidad, permite abarcar los elementos psicosociales involucrados en el diseño del lugar y orientará la intervención hacia las necesidades específicas del espacio.
De esta manera, el objetivo operativo principal es desarrollar un protocolo de evaluación y recomendación basado en las características físicas y el uso social necesarios para que un parque o jardín sea atractivo y saludable a los/as posibles usuarios/as. Para conseguirlo, se buscará de forma específica: elaborar un instrumento de evaluación y un documento de recomendaciones; se pondrá a prueba el protocolo a través de una prueba piloto, de una prueba de acuerdo interjueces, de una prueba para observar la validez de criterio y otra para la capacidad de influencia en la elaboración de planes de recuperación.
El proyecto se llevará a cabo en cuatro fases principales repartidas a lo largo de los dos años. La primera fase será de elaboración del propio protocolo. La segunda fase consistirá en realizar las pruebas piloto para la validación del protocolo como un instrumento estable y fiable. La tercera fase buscará evaluar la eficacia del protocolo a través de dos estrategias. Una estrategia consistirá en establecer la validez de criterio del protocolo y la otra estrategia establecerá la influencia que tiene el protocolo sobre la toma de decisiones. La cuarta y última fase constará de un proceso de divulgación de los resultados, incluyendo la publicación de artículos y la elaboración de una página web, entre otros.
A partir de lo anterior, el protocolo ayudará a mejorar las intervenciones de bajo coste especialmente en comunidades con recursos limitados. Además, los resultados serán puestos de manera abierta on-line, a disposición de cualquier persona que desee tener acceso. Otro de los beneficios de la implementación del proyecto será la mejora en la convergencia entre la Universidad de La Laguna con otras instituciones locales. Finalmente, este proyecto puede abrir nuevos caminos en la planificación arquitectónica y de ingeniería de cara a futuros proyectos de colaboración donde el protocolo formaría parte inherente del proceso de diseño, rediseño y recuperación de espacios públicos como parques y jardines.