Con este libro se pretende, a través de nombres propios, llamar la atención sobre las verdaderamente valiosas aportaciones de numerosas figuras femeninas que, a lo largo del siglo XX, enriquecieron con su esfuerzo un ámbito fundamental de investigación: la genética. Como protagonistas, hemos escogido a mujeres nacidas hasta los primeros años de la década de 1950, con la finalidad de dar obligado reconocimiento a un colectivo cuyo trabajo, injustamente minusvalorado, no ha sido despreciable ni de segunda categoría.